21 may 2005

Yo vine para preguntar 0: ¿y vos quién sos?/Aduana interior


Habrás tenido la experiencia de quedarte enganchado/-a con problemas, situaciones, personas, comentarios, que te entran en la cabeza y el corazón y se quedan jodiendo. Estás pasándola bárbaro con amigos, y te viene un flash de alguna imbecilidad que te dijo tu jefe; estás caminando un hermoso día de sol y te asalta una imagen de algún problema que tenés que resolver en dos días. Visitantes indeseables que se quedan adentro y molestan mucho. Para regularizar su presencia, tengo un Ministerio de Relaciones Exteriores y una Aduana que funcionan así:

-la piel es la frontera: para que algo pase tiene que ser verdaderamente relevante y/o necesario. Con el paso de los años, sabiamente aprovechado, hay visitantes indeseables que ni osan acercarse. Nos ahorramos todos unos cuantos trámites y molestias =)
-dado el arribo de un comentario/situación/imagen que pretenda instalarse más allá de mi piel, por ejemplo, en mis sentimientos, en mis pensamientos, en mi tiempo dedicado al descanso, la pregunta de rigor es (cuando ya casi está dando por sentado que puede pasar y quedarse): "Eh, vos, a ver, te quiero ver la cara. ¿Quién sos, de dónde venís?". Eso ya lo intimida. Luego con voz pusilánime, devela su origen: "Soy un comentario necio que hizo tu compañera de trabajo acerca de un proyecto tuyo". O "Soy la preocupación porque Fulano a quien tanto te interesa ver no da señales de querer comunicarse con vos." O "Soy un enojo monstruoso por la decisión ridícula que tomó tal persona." Bien: semejantes mercancías son inútiles o peor, tóxicas. El procedimiento sigue así: detectada su identidad, se lo vuelve a mirar bien a la cara, se lo describe más precisamente (Es una furia que empezó en tal momento debido a tal causa y se acrecentó a raíz de...); se le dice que no tiene poder para entrar a tus sentimientos/pensamientos, porque eso implicaría que le cedas una parte de tu paz/bienestar/alegría, etc., a a quien quiere obigarte = esclavizarte a pensar en él ;como entregar una parte de territorio nacional al enemigo. Con el tiempo, este proceso toma segunditos. En principio, se le trata de explicar racionalmente: "Bueno, mirá, nunca las cosas satisfacen a todo el mundo/no venís de una persona relevante en mi vida/sería preocupante que me importara lo que esta persona piensa de mí/ si viviera para refutar las idioteces que otros dicen me perdería lo mejor de la vida/etc." Si a pesar de todo insiste en querer pasar y alojarse en pensamientos/sentimientos, ahí recurrís a la prepotencia lisa y llana: "No, no pasás porque acá mando yo, es mi territorio , y digo que vos no pasás. Rajá que en cinco minutos vuela todo, tengo el detonador en la mano". El "vuela todo" es un parpadeo o alguna imagen mental de "corte", "cierre": desenchufar, correr el telón, cambiar la diapositiva. Lo normal es que el cuasi intruso permanezca amenazante un rato, pero si simplemente vos te quedás en tus trece, finalmente se cansa y se va. Otra opción, conciliadora, es el plazo, en el caso de que la insistencia sea agobiante y no tengas mucho training en parar indeseables en la frontera de tu piel, : "Bueno, vos sos la imagen de una persona que detesto/de un problema que resolveré el viernes: te voy a permitir alojarte dentro de mí unos 20 minutos. Decí todo lo que tengas que decir, yo también te voy a expresar lo que siento, pero en el minuto 21 te hago explotar .·

Después hay una lista de productos que no pagan arancel y tienen entrada prácticamente libre:
-las imágenes de las personas que quiero y que me quieren, y pueden ser imágenes dolorosas, pero tienen entrada libre, siempre, porque se trata de "esas" personas.
-las imágenes de las personas a las que amo y lo rechazan/desconocen/ignoran pero yo amo mi libertad de amarlas, porque eso es asunto mío.
-las "fotos" que decidí guardar desde hace años, parpadeando un par de veces y "grabando" esas imágenes en mi recuerdo (de "re-cordar": pasar por el corazón)
-las obligaciones y asuntos pendientes del día, las cuestiones cotidianas de las que es sensato y necesario ocuparse.
-las informaciones de todo tipo, menos las de actualidad vinculadas a detalles escabrosos de sucesos catastróficos, modelitos descerebradas, galancitos de moda y demás microorganismos.
-el dolor por el dolor de los que amo y las alegrías por sus alegrías.


Otra lista de productos están sujetos a un régimen proteccionista. Esto es, yo los fabrico y los protejo imponiendo aranceles restrictivos a productos parecidos que vienen de afuera. Los puede haber , pero los de adentro de la piel tienen total prioridad.

-el sentido que le invento a mi vida y me satisface. Pueden alcanzarme propuestas pero el que yo fabrico tiene prioridad. (yo fabrico, pero con materiales míos y muchos otros, prestados, tomados, etc.)
-Mis certezas. Son pocas, tal vez no sean más que dos o tres. Puedo enriquecerme con certezas de afuera, pero son las mías, que finalmente me sostienen cuando todo parece caer.
-la recompensa de saber que algo bien hecho/una decisión bien tomada, tiene en esa concordancia verdad/amor/belleza su propia recompensa. Acepto otro tipo de recompensas, pero otra vez: predomina la que yo fabrico.
-el valor que yo sé que tiene mi trabajo y la pasión que pongo ahí. Acepto otros valores (la guita, la recompensa afectiva de un comentario grato, etc.), pero el valor que yo fabrico "adentro" predomina siempre.

Variante problemática y existencial: ¿qué pasa cuando necesito sí o sí una importación? Algo de afuera, pero a la brevedad, porque si no, se desmantela toda la fábrica...productos no disponibles ni siquiera imitables de la piel para adentro: ella, este amigo, él, aquella hermana, este tono de voz, aquella mirada, aquel abrazo...digamos, los insumos básico
s imprescindibles...

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