Podría plantearme vivir sin música. Sería una gran pérdida, pero puedo pensarlo. Sin libros, de ningún modo. Rara vez me pongo solamente a escuchar música, me funciona mejor como telón de fondo. Y ahora estuve disfrutando algo de folklore. Hasta los 20, 21 años, no me interesaba en absoluto, me parecía cosa de viejos, etc. Pero en un veraneo con amigos, pintó que los guitarreros fueron proponiendo algo como noches temáticas, guitarreadas con canciones folclóricas por zonas, por estilos, por temas. Y prestándoles atención a las letras, descubrí muchas que me fascinaban, que me calaban muy hondo, algunas imágenes tan expresivas, tan profundas. (El contexto no es ningún detalle: vacaciones, amigos, hermanos, fraternidad, vino, baile, vínculos fuertes, vida intensa compartida...). Ahí se me grabaron en el alma La nochera, La López Pereyra, La Oma, Sapo cancionero, Zamba del grillo, La sachapera (la mejor de las chacareras que escuché hasta ahora, la mejor lejos)...después de ese veraneo, empecé a escuchar folklore y a partir de entonces, también tengo grabadísimas en el alma las voces inconfundibles los Carabajal, de Zitarrosa, de los Chalcha, de la Negra Sosa, de Carlos di Fulvio (y su canto al Brochero especialmente)...
Ahora van dos folclóricas: una zambita y una ¿tonada? ¿Se llama así?
Esta zambita es de un cd que me regalaron hace unos meses. A veces me pasa con las canciones religiosas que siento que pudo haberlas hecho cualquiera, tipo "Composición tema tal"...frías, aunque sean muy trabajadas técnicamente (a veces ni siquiera...); otras veces, algunas frases me resuenan más profundamente, como más creíbles, como provocando un movimiento interior intenso que no me permite escuchar tranquila, en el mejor sentido, que me desinstala; y a veces, mucho más raramente, es toda la canción la que me hace sentir eso. En el fondo, es una fugaz certeza de que en algún momento y de alguna manera, la verdad, la belleza, el bien, el placer, están juntos, en algún lugar del que suelo quedarme en el umbral, atrás de alguna puerta que no es ninguna de las que abro...deberé activar la virtud cardinal de la esperanza de cruzarlo, de abrirla, alguna vez. Esta fue un gratísimo descubrimiento. El grupo se llama Sertres y tienen temas en general tranquis, algunos folklóricos y otros no. Está cantada por dos hermosas voces, una mujer y un hombre.
Ojalá Dios (M. García Aramburu)
Hoy me di cuenta de algo
y ya no hay vueltas que dar.
Mi corazón encontró
un atajo y con vos se quiso quedar.
Ojalá Dios me venga a ver
mil veces durante el día,
así yo puedo cantar de noche
contándole mi alegría.
Ojalá Dios me venga a ver
durante el día,
así yo puedo de noche
cantarle al Dios que me dio la vida.
Y por las tardes vuelve
jugando al escondido,
sin embargo, el viento me dice
que nunca lo había perdido.
Y de yapa, me gusta recordar otra que también tiene eso de verdad y de belleza para mí. Los versos en color siempre me transmiten una verdad muy cierta, cálida, pero una calidez que no invita a instalarse y quedarse ahí sino a seguir caminando. (En ocasiones me funcionaron como lo que el ángel le dice a Elías cuando éste no quiere saber nada más y se tira en medio del desierto porque se quiere morir, 1Re 19. Un ánimo distinto para seguir, un recuperar el sentido del camino, sin que cambie ninguna de las dificultades)
Tonada del viejo amor, de Jaime Dávalos y Eduardo Falú
Yo nunca te'i de olvidar
en la arena me escribías.
El viento lo fue borrando
y estoy más solo mirando el mar.
Qué lindo cuando una vez
bajo el sol del mediodía
se abrió tu boca en un beso
como un damasco lleno de miel.
Herida la de tu boca
que lastima sin dolor.
No tengo miedo al invierno
con tu recuerdo lleno de sol.
Quisiera volverte a ver
sonreír frente a la espuma,
tu pelo suelto en el viento
como un torrente de trigo y luz.
Yo sé que no vuelve más
el verano en que me amabas,
que es ancho y negro el olvido,
que entra el otoño en el corazón.
2 comentarios:
De lo más clásico y de lo más moderno, en "Yo vine..." Para anotar.
Anote, anote...yo voy mirando tu blog y tengo muchas canciones para conocer, las letras son hermosas.
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