
En este caso, libros que acompañaron lo que yo llamaría mi primera conversión, entre los 16 y los 19 digamos, un proceso.
No podía ser de otro modo, los libros acompañaron. No determinaron ni provocaron nada, pero estuvieron ahí y cuando pienso en esos años, me pienso con esos libros. Estoy en el tema, especialmente -porque leyendo mucho estoy siempre- ya que mi amigo José me prestó un libro que casi, casi, hace que lo quiera más, je: se llama Mundolibro, y es una historia de....José me lo presentó de un modo totalmente seductor para mí, diciéndome: "Tengo una historia del estante." (sí, eso es seductor para mí, je). Pero es eso y más. Una historia de cómo se guardaban los libros, los rollos, cómo se clasificaban, cómo se escribía, cuándo y dónde se leía, cómo evolucionaron las estanterías, etc. Después quizás en otro post copie algún fragmento porque me causa placer leer y releer esos datos. Bien, así que estaba más en el tema "libros" que habitualmente, y recordé estos libros, que acompañaron mis primeras búsquedas de Jesús.
Seguramente con más esfuerzo recordaría otros pero así raudamente:
1) Palabras del monte Athos: no encontré portada de la edición en castellano. Era un libro de pocas páginas. Lo compré por el mismo motivo por el que todavía sigo comprando algunos libros, pidiendo algunos sabores de helado o escuchando alguna música: no tenía la menor idea acerca de de qué podría tratarse. Recuerdo que eran transcripciones de algunos dichos y experiencias de monjes ortodoxos, en algunos casos centradas en la ascesis como ejercicio de la voluntad para habituarla a elegir amar en cualquier circunstancia, de comodidad o incomodidad. Me gustó la idea. Poder elegir comer con o sin sal, estar abrigado o pasar frío, gozar de algunas comodidades o renunciar a ellas, etc. Ese era el punto, poder elegir. Ni elegir gozar ni elegir sufrir, a priori, elegir "más abajo", una raíz más sólida para fundar la vida: elegir amar. Todo como búsqueda de libertad, como ejercitar un músculo para que funcione mejor. Recuerdo que después de leerlo mucho -suelo releer varias veces- me quedaba como un fondo de amor muy profundo, y ganas de conocer a los monjes que habían escrito y vivido esas experiencias. Se hacía, ahora recuerdo, alusión a un librito que leí un poco después, El relato de un peregrino ruso, sobre la oración del corazón, y que también fue una compañía muy significativa en ese tramo del camino.
2) Las Moradas de Santa Teresa, y su Autobiografía: esos libros me los compré porque supongamos que vendían 5 por $ 10 y ya había elegido tres. Para completar, dije "Estos, por la fecha, deben de estar escritos en español antiguo", y yo de chica disfrutaba mucho de las obras españolas del XVI, XVII: La Celestina, Rinconete y Cortadillo, El Lazarillo, Los Sueños y El buscón. Así que ahí fueron, sin mucha idea de lo que podían ser, adentro de la bolsa. Las Moradas me despertaron unas ganas muy intensas de orar más personalmente. ¿Es en la autobiografía que Teresa dice "Rezar es estar a solas con quien sabemos que nos ama" y "Dios anda entre los pucheros"? De Las Moradas nunca leí más allá del segundo capítulo porque se trata de experiencias de oración de ella, y sentí que sería bueno ir leyéndolo a medida que yo sintiera que avanzaba por mi propio camino de oración de modo que pudiera...entender, pero no exactamente, las vivencias de Santa Teresa. Y todavía, van para veinte años, no avancé de ahí. Pero cuando veo el libro, lo recuerdo: mi oración es poca, es pobre, no lo dejo a Dios hacer muchas cosas en mí. Y la Autobiografía me encantó porque me pareció escrita en un estilo de lo más coloquial, era como tener a una persona enfrente charlando. Me llegó mucho la garra de Teresa en las dificultades de todo tipo que tuvo que atravesar, y el buen humor con que las contaba. ¿Es ahí donde cuenta cómo, yendo a no sé qué monasterio, después de pasar las mil y una con las reformas que quería hacer, persecuciones, etc., se les empantana y atasca mal la carreta, y no hay modo de moverla; y había alguna dificultad adicional, no recuerdo si diluviaba, o si ella estaba enferma, o qué. Y en medio de semejante candombe, Teresa exclama: "Señor, si tratas así a tus amigos, no me extraña que tengas tan pocos."? Je, bien ahí Teresa.


Dice ella, en el confesionario, así de la nada, porque no iba a confesarse sino a pelearlo, y ni lo conocía:
-La réligion, c'est l'opium du peuple.(La religión es el opio del pueblo)
-Pas exactement, répondit Morin du ton le plus naturel, comme si nous continuions une conversation déjà commencée (...) (No exactamente, respondió Morin con un tono de lo más natural, como si continuáramos una conversación ya empezada.)
Me gustó eso de que la mina iba con los botines de punta, con toda la intención de agredirlo (pasa gran parte del libro en ese empeño), ni "hola", "buen día", ni nada; y el tipo no reacciona contestándole mal, ni pidéndole que tenga otros modales, ni invitándola a hacer un acto de fe porque los caminos de Dios son insondables ni nada de eso. Se pone a hablar con ella, a ver qué.
4) De Marx a Cristo, de Ignace Lepp: encontré muy poca info en Internet, y no tengo a mano el libro, que puede ser se llame De Karl Marx a Jesucristo. Es una autobiografía. No recuerdo detalles pero sí esta atmósfera general: se trata de un hombre que desde adolescente es militante comunista (todo pasa en los tiempos de entreguerra, creo, y posteriores). Hace algunos viajes a Rusia, creo recordar, y durante muchos años, se dedica en cuerpo y alma a su militancia. De esos años, dice que llevaba una vida casi ascética, por el convencimiento de que no había nada más en que valiera la pena poner las energías que en preparar la revolución del proletariado. Lo interesante es que cuando lo estaba leyendo, y tenía bien presentes los detalles, me pasó algo similar a lo que me sucede ahora, cuando no sabría citar ni dos palabras textuales, mucho menos hacer una sinopsis. En algún momento de su vida, entra en un proceso de cuestionamiento del comunismo, pese a que le va muy bien en su militancia y le sigue encontrando valores. Hasta que, después de un tiempo -no recuerdo nada como una conversión fulminante- se convierte al cristianismo y después, creeeeeo, se ordena sacerdote. Pero esto: yo terminé de leer y sentí que este hombre, en algún sentido, seguía siendo tan él mismo como cuando consagraba toda su vida al comunismo, desde ya, con un fuerte énfasis en el ateísmo. Hay experiencias así: no cambia nada, en algún sentido. Y cambia todo.
5) La Biblia, por supuesto: como no recibí una educación familiar religiosa, me era totalmente desconocida y en principio me interesaba "de afuera". Pero cuando la empecé a leer, me gustó darme cuenta de que cada libro estaba precedido de contexto histórico, info sobre los distintos géneros literarios y de lo que, según la cultura de la época, se quería transmitir a través de ellos, detalles de costumbres del pueblo judío, etc. Esto, en medio de lo esencial, que era sumergirme en esa tradición de hombres y mujeres que vienen buscando a Dios desde hace siglos y tenían, tienen, algo para decirme en mi búsqueda.
Bueno, si alguno que pasa quiere mencionar algún/-os libro/-s significativo/-s...
Y el libro que me prestó José y disparó todo esto, es:
No hay comentarios.:
Publicar un comentario