14 ene 2006

Yo vine para compartir esto I


Hoy anduve por la calle Corrientes, que me apasiona con sus cientos de librerías donde encontrás de todo-de todo. Bueno, entre la salida del subte en Callao donde me bajé 19.50 y la puerta del complejo la Plaza donde me encontraba con una amiga a las 20 (para los de otras geografías, unos 150 metros) me compré 9 libros, en su mayoría de literatura argentina y latinoamericana para cubrirme ciertas lagunas que una profesora de Literatura no debe tener ;-). Y uno sin relación con áreas de mi trabajo: Carta a un religioso de Simone Weil. Tenía algunos datos sueltos sobre ella, muy sueltos, pero sin haber abierto el libro, estos dos párrafos que aparecen en la contratapa y en la solapa respectivamente me decidieron a comprarlo, una especie de empatía, un flash de túnel del tiempo y qué bueno estaría sentarnos ahora a tomar un café con Simone...y sé de muchas lecturas decisivas de mi vida que empezaron así, con una resonancia fuerte adentro sin poder explicar mucho más:

"Cuando leo el Nuevo Testamento, los místicos, la liturgia, cuando veo celebrar la misa, siento con un especie de certeza que esa fe es mía, o más exactamente, que sería mía sin la distancia que entre ella y yo establece mi propia imperfección. Esto crea una dolorosa situación espiritual. Quisiera tornarla no menos dolorsa sino más clara. Cualquier dolor es aceptable en la claridad"


"Simone Weil nació en París en 1909 y murió en Inglaterra en 1943. Se crió en el seno de una familia judía y estudió en la Sorbonne junto a Simone de Beauvoir. En 1937, su apasionado interés en el sufrimiento de los otros la llevó a trabajar un año en las fábricas de Francia y a viajar a España para luchar del lado de los anarquistas en la Guerra Civil. Cinco años después tuvo que seguir el destino común a tantos judíos europeos y huyó a los Estados Unidos junto con sus padres pero sólo con la promesa de que volvería a Inglaterra para unirse a las tropas de De Gaulle. Ya enferma de tuberculosis, empeoraba día a día porque se negaba a comer más de las raciones que Hitler permitía a sus congéneres en la Francia ocupada (interpolo yo: "La verdad es pan", decía). "

5 comentarios:

hjg dijo...

Creo que es libro menos adecuado para conocer a Simone.
Yo recomendarìa más bien "Espera de Dios" o "La gravedad y la gracia" o "Echar raíces".
"Carta a un religioso" no es un más que un listado de afirmaciones "posiblemente" heréticas; Simone quería saber si afirmar cualquiera de ellas era incompatible con ser católico. Ella se sentía católica pero no aceptaba ingresar a la Iglesia si eso implicaba tener que rechazar de plano esas afirmaciones como contrarias a la ortodoxia (no porque necesariamente ella las considerara verdaderas, por lo menos no a todas).
Que yo sepa, no tuvo respuesta satisfactoria (ni por sí ni por no) a su pregunta; y difícilmente podía tenerla, digo yo.
En una carta de esa época a su hermano, le dice: "Me he dado cuenta de que, incluso entre los sacerdotes, el catolicismo no tiene fronteras fijas. Es a la vez rígido e impreciso. Hay, sí, cosas de "estricta fe"... pero es imposible saber cuáles son. Si se pregunta a varios sacerdotes instruidos en teología sobre la cuestión de si tal o cual proposición es de fe estricta, unos dicen 'sí', otros 'creo que no' (...) no he podido aún decidir si un sacerdote que me bautizara cometería o no sacrilegio..."

Marina dijo...

Gracias por los recomendados. De todos modos no sé si mi intención es tanto como "conocer a Simone"
;-) sino leer esto así, suelto. Ya lo leí, me gustó mucho. Cuando yo digo que algo "me gustó mucho" no quiere decir que comparta posturas, que me identifique ni que asuma como verdad lo escrito: quiere decir o que me pareció bien escrito, o que percibo honestidad ,intensidad vital, búsqueda de la verda, entre lo escrito, etc...Bueno, me gustó, en ese sentido, así que me procuraré otros textos de ella. Un abrazo en Cristo.

Jack Celliers dijo...

Simone Weil era judía, y como todos los descendientes de ese pueblo y esa cultura tenía un fantástico talento para... molestar.

Cioran dice del pueblo judío que "les horroriza la comodidad intelectual", y es cierto. SW es un buen ejemplo, lo poco que he leído de ella no ha dejado de hacerme sentir incómodo: unos aciertos impresionantes combinados con unas caídas abismales. Es raro.

Marina dijo...

Ah, y Adriana Hidalgo ediciones sacó una bio de Simone Weil, que llegó a mis manos justo al terminar "Carta a un religioso". Por lo que voy leyendo, sí: qué mina molesta, a fuerza de honestidad y de preguntar, y sí, qué bueno hubiera estado lo de tomarnos un café juntas en Corrientes...pero lo puedo esperar, acá me viene de lo más bien creer en el Reino de los Cielos ;-).

hjg dijo...

Si de biografías hablamos, la más completa es la de su amiga y tocaya Simone Petrement. Muy buena (pero larga... y cara).

Flojito, a mi ver, el libro de R. Coles.