16 oct 2006

Yo vine para preguntar 61: ¿Y yo qué sé?

Del imprescindible RAE: "Sabiduría: grado más alto del conocimiento." Y "Conocer": averiguar por el ejercicio de las facultades intelectuales la naturaleza, cualidades y relaciones de las cosas", y entre otros más, "tener trato y comunicación con alguien".

Suelo escribir en un cuaderno algunas instancias importantes de mi historia con Jesús. Al contrario de lo que cabría atribuirme por ser mujer ;-), soy bastante escueta, y a veces me fuerzo a desplegar un poco más. Estas anotaciones me ayudan a ir tejiendo una historia, inventando un sentido de lo que podrían ser islotes sueltos si mi mirada no tiende puentes entre ellos. Lo de instancias "importantes" no se lo da la trascendencia convencional sino la intensidad del Amor, de la certeza o de la oscuridad en cuanto a El, el registro cada vez más impactante del desastre que soy pero también de cómo cada vez más me juzgo menos y le dejo ese asunto a El, todo eso.
Cuestión que saber, conocer, siempre fue algo clave para mí. Mi lectura favorita de chica eran las enciclopedias, aparte de casi toda la colección amarilla Robin Hood, porque la enciclopedia tiene eso de pretender abarcar todo, y siempre me fascinó que en la misma página te puedas encontrar con un pintor, una enfermedad, un vertebrado, un instrumento musical egipcio, un país y un barco famoso. Entiendo que se relaciona con cierto impulso que reconozco desde siempre, hasta no poder rastrearle orígenes conscientes; lo podría formular así: "¿Cómo sé yo lo que es verdad y lo que no?". Después, conversión mediante cerca de los 16, "entendí" (bue, todavía no "entendí", pero se entiende, no?) eso que más tarde encontré como cita de Edith Stein: "No acepten como verdad nada que carezca de amor, no acepten como amor nada que carezca de verdad." También me peleé bastante con aquello de "Sólo se conoce lo que se ama" porque me decía "Trampaaaaa! Claro, vos dejáte atrapar/seducir/agarrar por algo-alguien, y ya no lo vas a poder conocer realmente. Si es algo verdaderamente "amable", fenómeno; pero ¿ y si no es? ¿ y si otros me dicen eso porque lo que proponen/creen/quieren que yo crea es insostenible y entonces no queda más que la arbitrariedad del "amor"? Bue, idas , vueltas y enrosques diversos con el tema.
Nunca me reconocí en la fe del carbonero, que me parece genial para el carbonero pero en mí sería una mutilación. Me sublevaría la idea de un Creador que pone razón en sus criaturas para frustársela continuamente. Ahora, tampoco me va nada, y he visto esas trayectorias con tristeza, la postura "Ahora soy grande (y zonzo podría agregar...) así que eso de la fe son giladas infantiles que una persona racional no puede ni considerar seriamente". Dolina decía hablando de ciertos jesuitas que habían logrado avanzar en la China gracias a sus conocimientos científicos algo como "Si estos tipos son cristianos y suman tan bien, será que hay algo de verdadero en su religión. Yo todavía estoy esperando alguno que sepa sumar y tenga fe, pero no: cuando aprenden a sumar pierden la fe."
Pero entre la fe del carbonero y la negación racionalista (o el escepticismo, que sería mi tendencia), hay un abanico dinámico increíble. También me puse a pensar con este símil: si un río se contamina, las personas que viven alrededor cuando recién se empieza a contaminar, van a tener problemas de salud diversos, y no es bebiendo de esa agua como se curarán. Pero qué panorama catastrófico sería ese mismo río con la contaminación sumada de varios siglos sin que nadie hubiera hecho nada por desterrarla, y la población multiplicada exponencialmente a sus orillas: el nivel de contaminación haría suicida tomar agua de allí. Me pregunté, con una mirada que analíticamente separa lo que más tarde deberá unir ;-), si como humanidad no nos pasa algo así con las búsquedas de sabiduría. Más siglos de historia, más carga de pecado como alejamiento/rechazo/desconocimiento de Dios (acá está lo unilateral porque el pecado convive con la gracia), más "contaminación" del tipo "a mí se canta vivir así y asá y si me tomo el trabajo de anoticiarme de religiones/filosofías/hallazgos científicos, que sea para confirmarme en lo que ya sé que voy a hacer caiga quien caiga". Ahí le encuentro sentido a negar la sabiduría "del mundo", término que mis hermanos creyentes entenderán mejor que los que no, pero ahora no tengo ganas de aclararlo.
Y resulta que esto de la sabiduría se me reactivó últimamente. Y me gustaron estas "coincidencias", de los últimos diez días, que podrían haber estado de todos modos, sólo que si elijo mirar desde la fe les doy otra bolilla.
-Estuve orando con un salmo que no busqué a propósito y que en mi traducción invocaba a Dios como "Señor de la verdad"
-Al día siguiente, con otro salmo, medio de casualidad, que decía al final decía "El que sea sabio que se fije en esto y que valorice tantas bondades del Señor."
-Estaba con todas estas cosas distrayéndome en la misa del domingo cuando tuve la feliz idea de prestarles atención a las lecturas y a las plegarias del sacerdote ;-) Era como una "misa de la sabiduría"!!!!! La primera lectura, del libro de la Sabiduría, 7, 7-11: "pedí y se me concedió la sabiduría" y otras bellezas; después, la lectura del joven rico en Marcos, y para mí, la sabiduría, la posibilidad de conocer, siempre fue "la" riqueza. La oración de los fieles era con "Jesús, danos tu sabiduría".
-Hoy, me detuve especialmente en el principio de la primera a los Corintios y recuerdo "Si entre ustedes alguno pasa por sabio según los criterios de este mundo, hágase el que no sabe y llegará a ser verdadero sabio. Pues la sabiduría de este mundo es necedad ante Dios. Al respecto dice la Escritura "Dios atrapa a los sabios en su propia sabiduría".

Y me quedé pensando en la frase de Edith Stein...primero porque siempre me sonó, al mismo tiempo que hermosísima y verdadera, muy ..."eclesial" en cuanto a ese lenguaje de documento sobre temas controvertidos, de "ni sí ni no , sino todo lo contario", a los que después quince teólogos le dan veinte interpretaciones divergentes ;-). Pero sobre todo por esto: conocer la verdad, en todas sus expresiones, es central para mí. Ahora, qué cosa, si viniera alguien y me dijera "Vas a conocer toda la verdad y todas las verdades que siempre quisiste, vas a tener una claridad insospechada, vas a poder enseñar todo tipo de verdades con una claridad irrebatible...el precio es que cualquiera de los que lea este blog va a ser un poco menos amado/-a por alguien. Un poco menos, nada más, pero es el precio." Bueno, claro: no compro. Y en eso experimento que , aunque la considero una hipótesis mal planteada -mi hipótesis "necesita" que la verdad ocasione daños, y yo creo que, extendiendo lo suficiente el concepto de "verdad" ;-), no puede producir daños- la balanza se inclina a favor del amor, si hay que elegir...


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creí que el blog había acabado, pero felizmente no es así. Por favor, siga escribiendo. Muchas gracias.

Anónimo dijo...

No se acaba el blog pero escribo mucho menos porque siento que quería decir esencialmente algunas cosas que están dichas en los primeros posts. Luego, escribo cuando tengo tiempo, o sea, rara vez ;-). Un abrazo.